Desde siempre hemos escuchado a nuestras madres y abuelas comentar que la posición idónea de un bebé para dormir es boca arriba. No es un tema banal ya que la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) salva muchas vidas. Esta recomendación es ratificada por la ciencia y se basa en investigaciones que han demostrado que dormir boca arriba reduce ese riesgo, causante de la muerte en bebés menores de un año en un número importante.
Los bebés deben descansar boca arriba, tanto para las siestas diurnas como para la noche. Es recomendable que duerman en un colchón firme y seguro, en una cuna o moisés, evitando la colocación de almohadas, mantas sueltas, peluches o juguetes ya que su presencia eleva el riesgo de asfixia. Para dormir, el bebé debe usar ropa de cama adecuada para que esté abrigado, preferible a la utilización de mantas sueltas que puedan acabar cubriendo su cabeza y creando un problema grave.
Durante las primeras semanas de vida el sueño del bebé debe estar vigilado, de manera que en todo momento tengamos constancia de que duerme de manera segura y que podremos responder rápidamente, sin perder tiempo, si surge un problema.
El consejo de que los bebés duerman boca arriba no es incompatible con que pasen tiempo boca abajo mientras están despiertos y bajo supervisión, ya que redundará en el desarrollo físico del bebé. Si tu bebé tiene necesidades médicas especiales, consulta a un pediatra o un profesional de la salud para obtener orientación específica. Un especialista siempre va a resolver tus dudas específicas y te ayudará a desarrollar una maternidad segura.
Deja una respuesta