El sueño es una actividad diaria que se encuentra íntimamente relacionada con la calidad de vida. Pero no sirve el sueño de cualquier tipo. El cuerpo humano precisa de descanso diario para mantener un adecuado ritmo biológico y este sueño debe ser de calidad para que cumpla su efecto reparador y de esta manera contar con la máxima energía por la mañana al despertar. A continuación te ofrecemos una serie de recomendaciones que te ayudarán a mejorar notablemente la calidad del sueño.
En primer lugar, es recomendable practicar deporte al menos tres veces por semana. Diferentes estudios elaborados por la Universidad estadounidense de Northwestern han demostrado que el ejercicio físico mejora la calidad del sueño. Los expertos recomiendan que se practique por la mañana, o antes de cenar porque practicar deporte facilita la segregación de una serie de hormonas y puede ejercer el efecto contrario si la práctica deportiva se realiza cerca de la hora de dormir.
Otra de las variables que pueden mejorar la calidad del sueño es la temperatura. Con temperaturas frías se concilia el sueño de una manera más efectiva porque con el calor el cuerpo humano pone en marcha su sistema de amortiguación de la temperatura corporal, provocando la interrupción del sueño. Por este motivo se recomienda rebajar la temperatura con una ducha de agua fría antes de dormir si el calor es excesivo, dormir con las ventanas abiertas en verano, o enchufar el aire acondicionado.
Mantener unos hábitos cobra gran importancia a la hora de mejorar la calidad del sueño. Es importante determinar la hora de acostarse y la de levantarse. De esta manera se consigue que el cuerpo se acostumbre a descansar durante unas horas concretas. Habitualmente se precisan entre seis y ocho horas de descanso diario. Conviene no alargar demasiado este tiempo porque se corre el peligro de sufrir insomnio la noche siguiente.
Es importante también realizar una serie de rutinas que faciliten la relajación del cuerpo antes de dormir. Leer, ver la televisión, conversar con la familia, etc. Pero eso sí, estas actividades no se deben realizar en la cama que debe estar destinada únicamente para el descanso.
Como no podía ser de otra manera, la superficie sobre la cual se descansa marca buena parte de la calidad del sueño que se tiene. Dependiendo de la postura que predomine durante el sueño se recomienda un tipo de colchones u otro. Lo mismo ocurre con las almohadas que, por ejemplo deberán ser significativamente más pequeñas si se duerme boca arriba. La variedad de colchones existente en el mercado es amplia, solo hay que elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.
Deja una respuesta