La mejor estrategia para renovar las energías de un cuerpo que ha pasado todo un día en movimiento es, claro, un buen descanso. Para obtenerlo, hacen falta dos elementos fundamentales: por un lado, un buen colchón; por el otro, una buena almohada.
Cuando de almohadas se trata, lo ideal es encontrar aquella que proporcione un soporte para el cuello que ubique a la columna de la misma forma en que se encuentra cuando el cuerpo está erguido.
Para cumplir con este requisito, la elección de la mejor almohada dependerá, en gran medida, de la forma en que acostumbras dormir. Si lo haces sobre uno de tus lados, busca una almohada alta. En cambio, si duermes boca arriba, las mejores almohadas son las bajas.
En cuanto a su confección, los materiales con que se fabrican las almohadas son variados:
- Plumas: muy confortable y ligera, es una almohada perfecta para un buen descanso. Lamentablemente, las personas alérgicas no podrán utilizarla.
- Viscoelástica: se trata de un material también conocido como espuma «con memoria». Se adapta a la perfección a la forma de tu cuello, minimizando los puntos de presión. Jamás se deforma.
- Espuma de goma: cuanto más densa, más durable y cómoda.
- Lana o algodón: es un material que suele ser bastante duro, aunque muy recomendable para los alérgicos. Su mayor virtud consiste en la prevención contra los ácaros y su resistencia al moho.
- Látex o gel: es muy adaptable y sostiene el cuello con firmeza.
- Poliéster: es de las más económicas, pero deberás tener cuidado al lavarla pues su relleno se puede deteriorar.
- Fibra: resulta muy fresca, cómoda y fácil de higienizar.
Si dedicas un tiempo a la selección de la mejor almohada, evitarás un buen número de malestares; entre ellos, dolores de cuello, cabeza o espalda, calambres de los miembros superiores y desagradables ronquidos o respiración sibilante.
Cuando elijas una almohada, recuerda que se trata de un artículo directamente relacionado con la salud; prioriza, pues, la calidad por sobre el precio. Si escoges una almohada barata es probable que cometas un error que afectará tu calidad de vida. Prueba unas cuantas e invierte en calidad y durabilidad.
Por último, ten presente que una almohada tiene vida útil; si comienzas a sentir molestias o dolores de cabeza o cervicales, con seguridad ya es hora de renovar tu almohada para volver a dormir plácidamente.
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