El colchón es un elemento fundamental en nuestra casa y en nuestra vida. Sin un descanso adecuado no podemos afrontar los retos de cada jornada ya que caerá nuestro rendimiento vital. Pero siendo tan necesario, a veces nos olvidamos de que también necesita limpieza para su mantenimiento. En este elemento se acumulan miles y miles de micro manchas todos los días, además de bacterias y ácaros, siendo el sudor uno de los principales focos de éstas y de la humedad. Si hay niños en casa se suman elementos como orines o vómitos, que también dejan rastro en el colchón. Esta situación merma su calidad, por lo que debemos dedicar tiempo a solventar este problema.
Antes de hacer la cama y cambiar las sábanas se debe sacudir y aspirar el colchón para evitar que el polvo u otras partículas se acumulen en él, evitando la proliferación de ácaros, mancha so malos olores. Si quieres que sea más efectiva esta limpieza espolvorea con bicarbonato y restriega con energía.
Para una limpieza más a fondo, que debemos realizar al menos dos veces al año, y que puede coincidir con el momento en que le damos la vuelta, podemos utilizar un líquido obtenido a base de agua y detergente para la ropa, con la espuma que obtengamos de él frotamos el colchón en movimientos circulares con especial atención a las zonas que presenten marchas. Debes dejarlo secar bien antes de vestirlo, si es necesario usa un secador. Si el colchón genera olores lo más adecuado es espolvorear sin demora con bicarbonato una vez a la semana. Esos olores no han llegado solos, están generados por bacterias y gérmenes. Si el olor no desaparece puedes dejarlo actuar toda la noche y aspirarlo al día siguiente.
Recuerda que los colchones tienen una vida de 7 a 10 años, ya que se desgastan y deforman con el uso. Si lo limpiamos adecuada y periódicamente nos durará más y seguirá siendo el lugar idóneo para echarse en brazos de Morfeo.
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