Un reciente estudio relaciona que las personas que duermen plácidamente tienen motivado el sueño en una mayor actividad cerebral durante el día. Lo cierto es que dormir bien es todo un gozo y que la falta de sueño se convierte en una pesadilla que afecta directamente a nuestro organismo cuando está despierto. En la calidad del sueño influye la calidad del colchón.
El colchón y la calidad del sueño
A la hora de comprar un colchón son varios los aspectos que se deben tener en cuenta, entre otros que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. De hecho, un colchón de calidad aumenta la calidad de vida.
Realmente el buen sueño depende de varios factores. Tres de ellos directamente relacionados con la cama: almohada, colchón y base. La combinación de los tres mejora la calidad del sueño, que posteriormente repercute en el rendimiento diario.
A la hora de escoger un colchón hay que prestar atención a varios factores. No hay un colchón óptimo para todos, sino que todos tenemos nuestro colchón óptimo, del que depende en gran medida la calidad del sueño. Hay que considerar factores tan determinantes como el peso de la persona, su edad, postura en la que duerme…
La vida útil de un colchón se establece en 10 años como máximo. En este tiempo habremos pasado un periodo aproximado de 29.200 horas en el colchón. Con cada sueño que disfrutamos en el colchón este se deteriora ligeramente. Por lo que es muy recomendable sustituir el colchón cuando alcanza la barrera de las treinta mil horas de sueño.
Cómo conocer la calidad de un colchón
La calidad del colchón no depende del tipo que sea, sino de los materiales y técnicas utilizadas en su fabricación. Un colchón de calidad tendrá un mayor trabajo de estudio por parte de profesionales que analizan la anatomía humana y la forma en que dormimos, al tiempo que cuenta con materiales más duraderos. Comprar un colchón de calidad es invertir en buenos sueños.
Entre las características a considerar para determinar la idoneidad de uno u otro colchón está la dureza, firmeza, recuperación de la forma, tacto, material, que sea capaz de mantener la temperatura corporal, transpiración, apoyo de la espalda, antialérgico, fácil de limpiar…
Un consejo: antes de comprar un colchón tómese unos minutos para probarlo en la postura en la que suele dormir. Recuerde que será su compañero de sueños durante varios años.
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