Ha llegado el momento de ir pensando en sacar el edredón para resguardarnos del frío en la cama en los próximos meses. Los edredones de plumas son ideales para esta función ya que son ligeros al tiempo que ofrecen un calor acogedor. Antes de ponerlo sobre la cama puede que necesite una puesta a punto y te surja la pregunta de si se puede lavar un edredón de plumas en la lavadora. Aunque es posible llevar el edredón de plumas a una lavandería, puedes ahorrarte el gasto limpiándolo tú mismo en casa. Pero debes tener en cuenta que no todos los edredones de plumas admiten esta opción.
Hay edredón de plumas que no son aptos para su limpieza en la lavadora. Para ahorrarte disgustos que estropeen tu edredón debes estar atento a su etiqueta. En ella vas a encontrar la información necesaria sobre la composición y las recomendaciones que el fabricante hace para su lavado. En la etiqueta debe aparecer el símbolo de lavado a máquina y la temperatura recomendada para lavar tu edredón de plumas en la lavadora.
En este proceso también influye el tamaño del edredón ya que por más que la etiqueta te dé permiso para meterlo en la lavadora, deberás probar a ver si el bombo de tu electrodoméstico lo admite. Debes tener en cuenta que al realizarse el proceso de lavado, el edredón absorbe mucha agua, que va a influir en que al ocupar el espacio puede que no quede suficiente hueco como para que la limpieza se haga de manera correcta. Si detectas que el espacio va a ir justo deberás plantearte otras alternativas como la tintorería.
La mejor técnica para lavarlo es que las plumas no se amontonen y se distribuyan de forma homogénea. Un truco para esta limpieza es introducir junto al edredón tres o cuatro pelotas de tenis dentro de calcetines. De esa manera el golpeteo de las pelotas hará que las plumas se distribuyan y no queden apelmazadas. En cuanto al programa de lavado, usa el de prendas delicadas con agua fría combinado con un detergente para ropa delicada.
El secado es otra tarea que debe hacerse de manera que las plumas queden bien redistribuidas. Para ello lo puedes secar a la intemperie o en la secadora, pero antes consulta de nuevo la etiqueta. Si lo haces al aire libre colócalo en horizontal en un tendedero o una mesa y ve dándole vueltas sucesivamente para que las plumas no se apelmacen. Para guardarlo usa una bolsa bien cerrada en un sitio seco, lo que evitará humedades y malos olores.
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