El colchón es probablemente el elemento con el que más tiempo permanecemos en contacto a lo largo de nuestra vida. Es nuestro compañero de descanso, nuestro aliado para recuperar fuerzas y reponernos de la fatiga del día a día y por eso su estado debe ser impecable. Más allá de estar pendientes de su cambio cuando haya llegado el momento de jubilarlo, su mantenimiento va a posibilitar que la vida útil del mismo se alargue y podamos contar con él más tiempo con sus cualidades intactas. Ten en cuenta que el paso de los años va haciendo mella en él, y cada vez será más propenso a ser agredido por agentes como el sudor o la orina, o simplemente que su uso vaya provocando una decoloración que se traduce en manchas amarillas. Una limpieza en profundidad del colchón debería hacerse al menos una vez al año
Para acabar con esas manchas tan desagradables que aparecen en el colchón debido a su contacto con diversos fluidos corporales, como el sudor, podemos actuar de diversas maneras. La primera es procediendo a su limpieza inmediata en cuanto sean detectadas. No es necesario hacerlo con productos agresivos que podrían dañarlo, sino que podemos usar otros de tipo natural como bicarbonato de sodio, sal y aceite de lavanda. Para aplicar esta solución necesitaremos también un recipiente, un colador, paños y aspiradora. Tras mezclar los ingredientes lo colamos y aspiramos el colchón evitando que tenga polvo. Luego vertemos la mezcla sobre aquellas zonas en las están las manchas y lo dejamos secar, para, por último, volver a aspirar.
Si el colchón es de niños pequeños o personas con incontinencia urinaria el remedio más eficaz es usar tres cucharadas de bicarbonato de sodio y unas gotas de detergente líquido, para añadir agua oxigenada al 3% y dejar que todo se disuelva. Mediante un spray difusor lo rociamos en la mancha amarilla esperando a que se infiltre bien. Dejamos secar durante unas dos horas, usando un secador para el pelo o un ventilador para una mayor rapidez.
También podemos usar una mezcla de levadura, sal y agua conformando una pasta con la que frotar las manchas que dejaremos secar y finalmente limpiaremos con un paño húmedo. Otro efectivo producto es el vinagre blanco que podemos aplicar con un paño húmedo y frotar sobre las manchas hasta que desaparezcan. Este mismo vinagre es idóneo para las manchas de vómito en el colchón que podemos retirar con una mezcla de agua y vinagre blanco para finalmente espolvorear con bicarbonato de sodio y dejamos secar.
Cuando la mancha es dura de pelar puede deberse a que la hemos dejado sin atender y ha criado moho y hongos debido a la humedad. En ese caso aplicaremos agua fría y detergente líquido para hacer con ello una espuma espesa que aplicaremos circularmente sobre la mancha, dejando secar completamente a continuación. Si persiste volvemos a realizar el proceso cuantas veces haga falta. Pero siempre secando muy bien pues cualquier humedad puede reproducir la mancha de nuevo. Si aun así la mancha sigue resistiéndose usaremos agua oxigenada como opción adicional.
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