A pesar de que debemos preocuparnos por el cambio climático, por ahora el invierno ha llegado y las temperaturas han caído en picado, lo que nos ha hecho recuperar la ropa de abrigo y bajar los cobertores de cama del altillo. En este ámbito las mantas han quedado trasnochadas y sustituidas por otras opciones mucho más eficientes que harán de nuestro sueño un reino de confort.
Mucho son los productos y sus características que el mercado pone a nuestra disposición en cuanto a edredones. Una de las preguntas que puede aparecer a la hora de hacer nuestra compra es qué tipo de relleno debemos escoger para ellos. Están por un lado los rellenos de la pluma extraída del abdomen de la oca o el pato, llamado plumón, y por otro los hechos con pluma extraída de otras zonas del cuerpo de estas aves. Los de mayores prestaciones son los de plumón ya que tienen propiedades muy singulares que los convierten en los mejores aislantes térmicos. Estos rellenos absorben la humedad y mantienen siempre una temperatura adecuada. Cuánta más calidad en ese relleno, más cálido y ligero nos resultará, y más confortable para las noches de invierno. En su contra juega que suelen ser caros y no permiten su lavado en lavadora. Los de pluma, más baratos, son algo menos eficientes ya que la transpiración no es tan efectiva como en el caso de los anteriores.
Al otro lado de la balanza están los rellenos sintéticos, que pueden estar compuestos de diversos tipos de material. Los de fibra hueca cuentan con un material altamente fresco y transpirable, lo que es una ventaja, de sencillo mantenimiento y limpieza ya que pueden meterse en la lavadora y van muy bien en casos de personas alérgicas. Estos rellenos son más económicos que los de pluma o plumón. Otras de sus grandes ventajas es que es más resistente y tiene una vida más útil. Su conservación es muy fácil ya que no absorbe la humedad. Aun siendo una excelente elección, la fibra no puede emular todas las características que el plumón pone a nuestra disposición.
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